miércoles, 25 de noviembre de 2009

VOLVEMOS A ODIAR


Como habéis podido comprobar hace tiempo, justo en el apogeo, en el clímax máximo de este blog (cuando ya entraba gente a cagarse en mi puta madre, señal inequívoca de éxito) allá por el 2007, mis compañeros y yo sufrimos una crisis de odio.
Creemos que fue todo una conspiración a gran escala organizada por varios de los aquí odiados, e indudablemente encabezada por Teresa Rabal y su invencible equipo de efebos, capitaneados a su vez por el niño gordo de Canal Sur que toca el tambor.
El caso es que un día nos llegaron unos cartones de vino a la redacción, que según ponía la etiqueta eran cortesía de RTVE, en agradecimiento al trato recibido. Como tampoco teníamos nada que hacer ese lunes, nos los bebimos, y como es lógico entre canción y canción comenzamos a abrazarnos y decirnos lo muy amigos que éramos y lo mucho que nos queríamos, luego practicamos sexo entre nosotros, hasta ahí normal. Al día siguiente cuando me desperté, sobre las 5, me fui convencido a escribir una entrada sobre lo mucho que odiaba el vino peleón y lo hijoputas que eran los de RTVE, pero fui incapaz, es más, solo me salían palabras de amor y admiración hacia los periodistas de ese gran medio… Algo gordo estaba pasando. Llamé a mis compañeros, y entre halagos, fórmulas de cortesía y chupadas de polla, descubrí que… ¡nos habían envenenado con el vino del amor! (muy similar al que usan en misa, pero ese es del amor hacia los niños en concreto). Estábamos jodidos, teníamos un blog dedicado al odio, y ya solo podíamos amar al prójimo, que puta cagada.
De ahí en adelante pasamos dos años vagando por el mundo y amando a todo aquel que se cruzaba en nuestro camino, pero como siempre nos cruzábamos entre nosotros, acabamos hasta la polla de este tema, desde el cariño y la comprensión, claro, así que decidimos buscar una solución. Al poco tiempo, y tras haber intentado varias alternativas, entre ellas sacrificar a una monja, conocimos a un mago interestelar en un recóndito paraje de un país lejano; bueno vale, era un vagabundo y estaba en una plaza de Madrid, pero al menos nos dio una explicación. Según él, todo era fruto de unos enanos verdes que se alojan en el vino y la única forma de deshacerse de ellos era emborracharse hasta desfallecer con otro vino, que casualmente él vendía, y que contenía sangre de Satanás. Como nos pareció bastante lógico y convincente, procedimos a la ingestión descontrolada del brebaje, como el brujo nos había aconsejado. Al abrir de nuevo los ojos, un policía nos estaban echando de un portal, a lo que reaccionamos con insultos del calibre de: “madero hijo de puta”… ¡estábamos curados!
Tras salir del calabozo fuimos a celebrar que por fin podíamos odiar de nuevo. Esa noche, aparte de criticar hasta a nuestra sombra, planeamos un montón de cosas para reabrir y mejorar el blog, teníamos nuevas propuestas revolucionarias, definitivamente lo íbamos a petar pero bien. El caso es que al día siguiente no nos acordábamos de algunos detalles, así que los cambios revolucionarios se basaron en poner algunas cosas en verde (eso sí, un verde precioso, en honor a los enanos) y poner un 2 en el título a modo de 2, y ya está. Estamos otra vez en el Taco.
P.D. Este es el momento para que toda esa gente que nos insultaba antaño, recargue sus fuerzas y nos dedique sus mejores descalificaciones, nosotros por nuestra parte, intentaremos cagarnos en todo aquello que os guste. Besitos.

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